Obras 2000 - 2003

Percepciones Alternas La obra de Arturo Carrión, la podemos estudiar relacionándola con los movimientos suprematistas, concretistas y neoplásticos, que optaron por un arte que negó toda referencia a la realidad y la expresión de la subjetividad, trabajando sólo con elementos pictóricos básicos, como formas geométricas, texturas y color. La propuesta de Carrión, busca una pintura absoluta, liberada de cualquier referencia objetiva; una visualidad donde el orden racional1 Percepciones Alternas

La obra de Arturo Carrión, la podemos estudiar relacionándola con los movimientos suprematistas, concretistas y neoplásticos, que optaron por un arte que negó toda referencia a la realidad y la expresión de la subjetividad, trabajando sólo con elementos pictóricos básicos, como formas geométricas, texturas y color.

La propuesta de Carrión, busca una pintura absoluta, liberada de cualquier referencia objetiva; una visualidad donde el orden racional y la armonía manifiestan una nueva realidad, alejada de la naturaleza y más cerca de la perfección tecnológica. Es la expresión del arte que busca forjar un futuro mejor, una nueva concepción visual universal. Un entusiasmo frente al progreso tecnológico, sostenido con gran dosis de misticismo detrás de la belleza geométrica de sus obras, es lo que impulsa su desarrollo creativo. Carrión retoma el legado de los minimalistas que trabajaron con análoga visualidad, con la percepción pura, prescindiendo todo valor asociativo, simbólico o intelectual en la yuxtaposición de elementos formales mínimos. Trabajando la pintura con esa limpieza cromática y matemática, que sintetiza el concepto de obra / objeto, al retozar también con la disposición de la obra en el espacio.
Arturo Carrión. Concentra su esfuerzo creador en el diseño ordenado de formas básicas geométricas, el vacío espiritual, el deleite de armar juegos visuales puros, a partir del color, las texturas organizadas y la neutralidad de imágenes que se remiten a sí mismas. La visualidad pulcra y colorística que manifiesta Carrión, podría ser relacionada con el diseño digital. Sin embargo, Carrión no abandona la tela ni el acrílico para trabajar con afán, ese espacio secreto de expresión única, que se genera entre mano, pincel y un espacio en blanco.
Sus Obras tanto bidimensionales, como tridimensionales, no solo nacen de procesos mentales, sino del impulso intuitivo, la búsqueda de la estructura no visible, abriendo una brecha dentro del orden y la aparente racionalidad, a la expresión de la emoción, al juego visual, la subjetividad, lo posible e imposible de las formas, con una expresión Lúdica individualista que las vanguardias rehuyen. Su lenguaje es virtuoso, sin el condicionante funcional de estilos ulteriores.
Sin referencias a la naturaleza, Carrión trabaja con códigos que más bien parecen heredados de sus antepasados precolombinos, remitiéndose a profundidades y simultaneidades de espacios, colores, formas y texturas. Son sensaciones puras, Lúdicas, dinámicas, sin la sensualidad de una pintura emotiva, pero con la conciencia de una nueva realidad, la del cuadro y la de otras dimensiones. Las estructuras visuales que de esta forma arma, tras un juego de percepción visual, sugieren códigos indescifrables y a la vez arquetípicos, espacios arquitectónicos imposibles, perspectivas volubles, fuerzas que transfieren umbrales de color. su pintura se define en la superficie de la tela o la tabla, a través del ordenamiento de elementos geométricos y pictóricos puros, el esfuerzo liberado en su ejecución, donde mixtifica todos sus conocimientos y experiencias tecnológicas, permite la expresión de un mundo sólo concebido a nivel inconsciente por Carrión, revelándose sin otra finalidad que el deleite formal y creativo, de escrutar en las formas y estructuras de un dilatado universo abierto por la imaginación, donde el espectador puede reencontrarse a través de sus propias percepciones en este juego de comunicación sensitiva.


John Rosenfeld
Estética del Arte Contemporáneo
2001
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