EL PLANO VISUAL HUMANO
Por los años 50, apareció en el mercado un artefacto que lo llamaron “View master”, que producía el “milagro” de ver en 3D (3 dimensiones), todo el mundo se maravilló con este invento óptico, luego fue el cine y la televisión que se ofrecía en 3D, con el pequeño inconveniente que había que colocarse unos anteojos con filtros de colores para disfrutar las tres dimensiones, últimamente aparecieron unos lentes que te tapan medio rostro y contienen tecnología digital para, ahora sí, ver y disfrutar las tres dimensiones con sonido incorporado. De esta manera la práctica es abrumadora y todo el mundo disfruta mediante estas experiencias visuales.
El ojo humano, morfológicamente está diseñado para captar dos dimensiones, donde se entrelazan la luz que define las frecuencias del color y las formas de los objetos observados, solo está diseñado para ver en 180º y (centrando su atención cerebral) Mirar, lo cual indica la mitad de la circunferencia, por lo tanto morfológica y literalmente “Vemos un plano curvado hacia sus extremos”. ¿Por qué creemos que vemos en tres dimensiones?, la respuesta es sencilla, porque tenemos un cerebro prodigioso que desde su incipiente desarrollo comienza a procesar en perfecta sincronía con los otros sentidos fisiológicos: El táctil, el auditivo, el gustativo y el olfativo; y podemos agregar el intuitivo, que vemos en tres dimensiones. Estamos acostumbrados y pensamos que realmente vemos en tres dimensiones. Desde nuestro nacimiento, nuestro cerebro va educándose, basándose en los cinco sentidos fisiológicos que contenemos en nuestro organismo al nacer; esta auto-educación básica va acompañada por los estímulos externos de nuestro entorno físico y de nuestros congéneres adultos que de manera inconsciente han pasado por el mismo proceso, determinaran las capacidades de desarrollo a corto plazo, de las respuestas lógicas que define el comportamiento humano. El cerebro humano es la maquina biológica más preparada y prodigiosa desde que afloro la vida en este planeta que llamamos Tierra, es capaz de crear y de regenerarse en muchos aspectos para lograr su sobrevivencia, condiciona nuestras actuaciones desde el nacimiento hasta la extinción o muerte.
El cerebro humano crea los sentimientos basándose en la trasmisión orgánica que percibe de los receptores de los sentidos, es un procesador de estímulos externos y tiene las respuestas adecuadas a cada situación partiendo de su madurez o nivel cognitivo. El sentido de la visión básico, mediante el ojo, trasmite al cerebro a través del nervio óptico toda la información que percibe (Ver) al cerebro para ser analizada en su conjunto e inmediatamente procesarla para dar respuestas al estímulo recibido a través, en este caso de los ojos, órganos receptores fisiológicos exclusivos de esta tarea.
El cuerpo humano es ergonómico en su naturaleza biológica para cubrir sus necesidades básicas en su actuar en cualquier entorno natural o artificial de existencia, pero como cualesquiera otros organismo vivientes tiene sus limitaciones que han sido, en el devenir de los tiempos, compensadas por el desarrollo de su capacidad cerebral adaptativa, a procesar soluciones lógicas en su permanente resolución de su entorno vital.
Podemos decir que el cerebro humano es un procesador de soluciones vitales que continuamente se adapta a los nuevos tiempos y sus necesidades. El cerebro humano, creo los medios de transporte para su traslado a cualquier parte del mundo físico donde actúa; podemos citar muchísimos ejemplos sobre cómo ha actuado el cerebro humano para cubrir sus necesidades de “extensiones” sin desgastarse en el esfuerzo.
El ser humano no es capaz de volar porque su naturaleza física lo imposibilita, creo el avión, diversos vehículos o naves capaces de transportarlo en vuelos aéreos, como también sobre o por debajo de las aguas. Los carromatos, carretas, coches, trenes, y un sinfín de artilugios que le permiten trasladarse vía terrestre a cualquier lugar que cubra sus necesidades de transporte y de producción. Invento la escritura, los lenguajes, las herramientas de impresión, los teléfonos, la televisión y las computadoras para comunicarse con el resto de sus congéneres sin moverse de su espacio vital de confort.
Creo las maquinas cibernéticas o robots para elaborar los productos y maquinarias industriales que necesita para desarrollar todos los tipos de producción masiva que cubran las variadas necesidades que necesita el ser humano en su existencia. Así como cualquier instrumento “extensible” y necesario en el desarrollo de sus sentidos biológicos.
El ojo humano, carente en esa primera fase (El ver), de la captación de la tridimensionalidad física real, recibe del cerebro la orden de detallar (Mirar) para luego procesar las imágenes capturadas y tener las respuestas para cada uno de esos estímulos. El cerebro humano desarrollo un proceso que llamamos “Estereopsis”, es en esta fase donde surge la acción creativa del ser humano para conseguir respuestas a estos estímulos visuales; Opto por la representación básica del acto de ver. Creo el concepto del plano bidimensional para a través de este, representar la tridimensionalidad; “invento la perspectiva y la representación del volumen basándose en las Matemáticas, la Geometría y el Tiempo físico, las formas, las luces y las sombras”; con esta elemental formula hemos convivido durante muchos siglos. Los artistas pintores aprendieron y desarrollaron estos conceptos para representar sus realidades y entornos existenciales. Esto no ha cambiado en lo absoluto en el transcurrir de los siglos, seguimos viendo y haciendo representaciones de lo que vemos o pensamos de forma bidimensional, porque así está conformada nuestra naturaleza fisiológica visual. Seguimos buscando ver la tridimensionalidad real en nuestras existencias y solo hemos podido mejorar su representación a nivel subjetivo por medio de equipos e instrumentales que acoplados a nuestro órgano visor (El ojo) que nos produce la sensación de tridimensionalidad, donde intervienen factores psicológicos, cibernéticos y digitales. Cuando vemos una pantalla de cine, la televisión, una fotografía, la pantalla del monitor de nuestro ordenador o una obra de arte, disfrutamos la sensación de esa tridimensionalidad, la “sentimos y vivimos” como tal y obviamos la realidad del hecho, todo lo estamos y seguimos viendo en el plano bidimensional.
La tridimensionalidad real existe, para ello acudimos al sentido del tacto o al desplazamiento físico humano (Tiempo), solo así, corroboramos su existencia. Para poder apreciar la tridimensionalidad en una escultura o cualquier objeto, debemos palparlo en todas sus dimensiones, movernos o desplazarnos físicamente para, en esta acción de captar (cual cámara fotográfica) segmentos de ese recorrido que nuestro cerebro procesa y acopla en una sola imagen y la sentimos tridimensional. El tiempo y el espacio, como dimensiones, comulgan y actúan en esta acción para dotar al ser humano del concepto subjetivo –virtual de la tridimensionalidad. Los artistas visuales son apreciados por el público espectador como magos por su capacidad de interpretar y representar la tridimensionalidad en el plano bidimensional, para ello se basan en la formula antes mencionada “La perspectiva + formas + luz + sombras = volumen virtual”
En toda mi obra pictórica y en muchos casos escultórica, estos son los factores o ingredientes que utilizo para siempre hacerle un “Homenaje a la tridimensionalidad real” a través del único medio o concepto que he tenido a mano, “La virtualidad”, independientemente de las concepciones filosóficas que planteo en cada serie de obras, tanto psicológicas como ópticas.
En esta serie de obras denominadas “Khromakinesis”, las cuales se subdividen en “Tubulares”, “Orbitales”, “Khromavolumes”, “Levitables”, “ Esferoides” y “Entreplanos”, se basan en la representación del volumen, el espacio y la búsqueda para el espectador del movimiento óptico en el espacio bidimensional como experiencia lúdica, ofreciéndole al observador la energía del movimiento subjetivo que produce la representación volumétrica, apoyada en las formas, la luz y las sombras en ese espacio estructurado por las dos dimensiones…la longitud o ancho y la altitud o altura donde se manifiesta la imagen.
Cuando usted vaya caminando por una calle y vea en su visión frontal que en sentido contrario viene caminando una hermosa mujer o un apuesto hombre y usted tiene que esperar para voltear a verla o verlo como es por su parte trasera o posterior, recuerde siempre que vemos bidimensionalmente, si viéramos tridimensionalmente, no tendría necesidad de voltearse para verlos; los vería y disfrutaría al unísono, en un todo. ¿Por qué inventamos el espejo retrovisor?
ArturoCarrión - artista multimedia 2010